Sunshine, Alerta Solar
El Sol se está muriendo y por consiguiente la vida en la Tierra está en riesgo, y una nave, Ícaro II, tiene la misión de llevar una bomba para reactivar nuestra agonizante estrella y completar la fracasada misión de su antesesora. Parecía una buena historia, pero en lo personal el resultado fue pobre. Algunos escenarios parecían muy simples (como el comedor de la nave) y otros bien elaborados como los generados por computadora para crear los exteriores de la nave. Escenas poco creibles como cuando uno de los tripulantes, vestido con un traje espacial tiene que lanzarse al espacio para alcanzar una escotilla con otros dos, que por falta de trajes, sólo se envuelven en material aislante térmico, como si fuera suficiente ponerse una buena casaca para no pasar frío en el espacio: vacío, gelido y sin oxigeno. O la aparición del capitán de la nave Ícaro I, que ha perdido la cordura, pero además, todo su cuerpo exhibe las cicatrices de una quemadura de tercer grado. Quien conoce algo de quemaduras, sabe que si la lesión cubre el 9% del cuerpo, requiere tratamiento médico urgente, y mientras más extensa, más cerca a la muerte se encontrará. En fin, es parte de la ciencia ficción.
El director de la película podrá haber tenido obras maestras, los críticos de cine quizás hablen maravillas de la película, de su caracter filosófico, reflexivo, y que se yo, le rendirán homenajes y le harán reverencias. Yo me fui desilusionado, y de 1 a 10, la califico con un bondadoso 2,5 pues no terminó por auyentarme de la sala, pero si esperé algo más. Quizás si hubiera prestado un poco más de atención a la película y no hubiera conversado tanto, hubiera mantenido mi calificación de 4 que le dí en los primeros 30 minutos, cuando aun tenía esperanza de que se vaya poniendo mejor.
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