Asomándose
Era de mañana en Satica, Ayacucho. Salí a caminar con la cámara y este par de niños se cruzaron en el camino. Para ellos era curioso ver a un casi extraño con una cámara fotográfica (digo casi porque ya llevaba algunos días en aquel pueblito, ya era un "extraño conocido"), y jugaban a esconderse para escaparse de la foto. El balde que tienen consigo era para llevar agua potable a sus casas; el pueblo contaba cada 100 o 200 metros un caño de donde podían sacarla a partir de las 10 de la mañana, y no precisamente porque cortasen el agua, sino porque Satica esta sobre los 4000 m.s.n.m. y la temperatura baja lo suficiente para congelar las cañerías, y loúnico que les queda a la comunidad es esperar a que los débiles rayos del sol descongelen el agua atrapada en las tuberías.